Desde que el príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron su boda, nos hemos vuelto locas recordando todas las bodas reales que han marcado un auténtico hito en la historia y los looks de las novias más destacados.
Como en toda boda y mucho más en las reales, la gran incógnita por todos es cuál será el diseñador elegido para la ocasión. Algunas como Kate Middleton, Mary de Dinamarca o la mismísima reina Letizia optan por diseñadores reconocidos a nivel internacional, mientras que otras como Máxima de los Países Bajos o Beatrice Borromeo apuestan por firmas de alta costura como Valentino y Giorgio Armani respectivamente. Sin duda, cualquier diseñador estaría encantado de tener este cometido.
Las novias se convierten en el foco de todas las miradas y cualquier detalle es susceptible de ser criticado por mínimo que parezca. Por eso, elegir el vestido no es tarea sencilla, y mucho menos si se trata de un personaje perteneciente a realeza o incluso casi peor si todavía no lo es. Así ocurrió con nuestra reina Letizia, Mette Marit y con Sofía de Suecia, entre otras, que no procedían de ninguna casa real.
Y como somos unas apasionadas de las bodas en su conjunto y muy especialmente de los trajes de novias, nos hemos encargado de hacer un repaso a los mejores looks de las novias de la realeza europea. Muy distinguidos unos de otros, y otros tantos muy inspirados en vestidos que ya lucieron la familia en el pasado, como el de Beatrice que nos recuerda tanto al estilo de Grace Kelly. Y si algo tienen en común es que todos nos traen a la mente al típico vestido tradicional, protocolario, de princesa de Disney que despertaron nuestro interés desde siempre.
Desde el icónico vestido de la Reina Isabel II del Reino Unido en el año 1947 hasta el más actual. Te mostramos los vestidos más emblemáticos que nos conquistaron en su día y que continúan haciéndolo con el paso de los años. Y, quién sabe, lo mismo hasta sean de inspiración para tu gran día. ¡Presta atención a las siguientes fotos!
Catalina de Cambridge
Uno de nuestros favoritos es el diseño de Sarah Burton para Alexander McQueen que escogió Catalina de Cambridge en su boda. Con escote corazón, llevaba un cuerpo de encaje francés de manga larga con motivos florales y estaba elaborado con capas de tul suave en color marfil con un recorte de flores bordadas a mano por la Real Escuela de Costura. Tenía una cola de casi tres metros que dio a conocer al mundo a Pippa Middleton, que iba ayudando a colocarla correctamente. La novia lució una tiara de Cartier que le prestó la reina Isabel II para la ocasión.
Charlene de Mónaco
Giorgio Armani fue el encargado de vestir a Charlene de Mónaco el día de su boda. El italiano ideó para ella un vestido nupcial en cuya elaboración se emplearon más de cien horas -llevaba 40.000 cristales de Swarovski, 20.000 madreperlas y 30.000 piedras doradas cosidas a mano-, y cuyo punto fuerte era una cola de veinte metros que se fusionaba con el velo de seda que lucía la novia. No llevó tiara, pero sí lució un broche de diamantes que adornaba su pelo.
Margarita del Reino Unido
La hermana de la reina Isabel, la princesa Margaret, se casó con el fotógrafo Anthony Armstrong-Stones. Fue la primera boda real televisada, y su consiguiente separación en 1978 fue el primer divorcio real en más de 400 años. El diseñador Norman Hartnell apostó por un delicado vestido de seda blanca.
Letizia Ortiz
El vestido que Letizia Ortiz lució el día de su boda fue obra del modisto Manuel Pertegaz. Estaba realizado con un tejido confeccionado por la noche, para evitar filtraciones e impurezas. La tiara de plata estaba cubierta de diamantes, y conjuntaba a la perfección el velo en tono marfil de tres metros de largo realizado en tul de seda natural.
Victoria de Suecia
Para su boda con Daniel Westling, Victoria de Suecia escogió al diseñador sueco Pär Engsheden. Era un vestido de seda, con cuello barco, en color crema muy sencillo, con un fajín que se ceñía a la cintura. La diadema y el velo fueron los mismos que su madre, la reina Silvia, lució el día de su enlace.
Stéphanie de Luxemburgo
Elie Saab fue el encargado de diseñar el traje de novia de Stéphanie de Luxemburgo. Era un vestido en color champagne con escote en la espalda, en el que se emplearon casi cuatro mil horas de trabajo por la complejidad de sus bordados y costuras. La tiara que lució es propiedad de la familia de su marido.
Mette-Marit de Noruega
El vestido de novia de Mette-Marit de Noruega estaba cargado de simbolismo, pues el diseño, ideado por el noruego Ove Harder Finseth, estaba inspirado en el que lució la bisabuela de su marido, la reina Maud, el día de su enlace. La tiara fue prestada por su suegra, la reina Sonia.
Máxima de Holanda
La ya reina de Holanda, Máxima, lució el día de su boda un vestido en blanco marfil con detalles bordados firmado por Valentino. Lo acompañó con un velo de seda de siete metros y una tiara de oro blanco adornada con estrellas de diamantes con la que su suegra, la reina Beatriz, fue coronada.
Mathilde de Bélgica
Mathilde de Bélgica escogió a Edouard Vermeulen, un diseñador belga, para que ideara su vestido con capa. El velo, elaborado con encaje de Bruselas, databa de 1887 y era una reliquia familiar que acompañó de una tiara prestada por la reina Paola.
Magdalena de Suecia
El vestido de Magdalena de Suecia también era de Valentino. El escote estaba cubierto de encaje, así como el bajo de la falda. Lo acompañó de una tiara familiar y un velo de organza de seda de seis metros.
Diana de Gales
El icónico vestido de la princesa Diana Spencer fue el secreto mejor guardado. Fue diseñado por David y Elizabeth Emanuel. Uno de ellos en una entrevista relató que cada vez que enseñaba un boceto a la princesa, era inmediatamente destruido. El vestido contaba con más de 10.000 perlas y lentejuelas cosidas a mano, con una cola de más de 25 metros y con muchos volantes. Un vestido literalmente apto para una princesa.
Grace Kelly
El vestido de Grace en su boda con Rainiero de Mónaco fue confeccionado por su diseñadora de vestuario de MGH, Helen Rose, con más de 30 costureras durante casi dos meses. Marcó un antes y un después en vestidos nupciales ya que después de más de 60 años aún lo seguimos recordando como uno de los más hermosos. Estaba hecho con tatefán y adornado con encajes y perlas de más de 125 años. Y, por supuesto, cómo olvidarnos de su velo de tul de más de 90 metros.
Isabel II del Reino Unido
La unión de la entonces princesa Isabel y el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca se celebró en la abadía de Westminter. Diseñado por Norman Hartnell e inspirado en la obra Primavera de Boticelli, el vestido fue confeccionado en satín y decorado con alrededor de 10.000 perlas blancas importadas de América. Debido al racionamiento de la ropa que se estaba viviendo en esa época, Elizabeth compró todo el material para su vestido mediante los cupones de racionamiento.
El romántico vestido de Sofía Hellqvist fue diseñado por el sueco Ida Sjöstedt, con tejido del español José María Ruiz. Eligió un vestido con cuerpo de encaje, escote de pico y manga larga. Como complemento utilizó una tiara nueva de diamantes y esmeraldas.
Tatiana de Grecia y Dinamarca
La princesa apostó por su compatriota venezolano Ángel Sánchez para la confección del vestido de sus sueños. La princesa deslumbró con un vestido de corte clásico palabra de honor con cuerpo drapeado y falda evasé, que complementó con una tiara de la Familia Real Griega.
Camila de Cornualles
Fue el segundo matrimonio para ambos y buscaron que su boda fuese un asunto discreto. Tras la breve ceremonia civil sin cámaras y sin la Reina Isabel II, el matrimonio fue bendecido en la capilla de San Jorge. Camilla evitó el vestido blanco tradicional apostando por otro de gasa de seda color crema adornado con hileras en tonos dorados.
Sarah Ferguson
La entonces esposa del Duque de York, hijo de la Reina de Inglaterra, eligió un diseño de Lindka Cierach de manga francesa y escote redondeado. De esta unión nacieron sus dos hijas Beatrice y Eugenia. A pesar de su divorcio en 1996, Andrés y Sara continúan teniendo una muy buena relación.
Carolina de Mónaco
A sus escasos 21 años de edad, la princesa Carolina de Mónaco contrajo su primer matrimonio con Philippe Junot en 1978, para el que escogió un vestido de Marc Bohan para Dior, un estilo bohemio clásico de la época. Apostó por una corona de flores en lugar de la tradicional tiara.