Aunque parezca mentira, el gran día ha pasado y toca guardar el vestido. ¿Sabes cómo hacerlo? Si deseas conservarlo impoluto por si, llegado el día, tu hija o tu nieta quieran casarse con él, no te pierdas estos prácticos consejos. ¡Funcionan!
Una vez haya pasado la boda, habrá muchos elementos de tu look que podrás volver a usar en otros eventos o en tu día a día. Los zapatos de novia son la pieza más fácil de reutilizar y es que, además, querrás hacerlo porque estás enamorada de ellos. Y aunque no se reutilizan estilísticamente hablando, muchas novias prefieren secar sus ramos de novia y usarlos en la decoración de su hogar antes que entregarlos o lanzarlos el día B. Pero hay una prenda que difícilmente se puede volver a usar, al menos sin hacer modificaciones: el vestido de novia. ¿Ya sabes qué vas a hacer con él?
¿Por dónde empezar?
Para que sepas cómo cuidar tu vestido de novia de corte sirena y conseguir que se mantenga impecable como el primer día, toma buena nota de estos consejos. ¿Quien te dice que tu hija no querrá casarse con el vestido de su madre? No olvides que, en términos de moda, “todo vuelve”. Así que quizá dentro de unos años sea una amante del estilo y quiera dar el “sí, quiero” enfundada en un vestido de novia vintage. El tuyo.
El primer paso es hablar con el diseñador del vestido o con la tienda donde lo compraste para que te indiquen cuáles son los cuidados adecuados para ese tipo de tejido o tejidos, y cómo lavarlos.
¿Cómo lo limpio?
Dependiendo del tipo de vestido y del tejido y elementos que integre podrás lavarlo en casa o recurrir a la ayuda de profesionales. Recuerda que el objetivo es que quede lo más impecable posible.
Si prefieres lavarlo en casa, ten en cuenta la composición de todas las telas y capas del vestido, y vigila con los adornos y la pedrería. Para evitar sorpresas desagradables, haz primero una prueba en alguna parte poco visible, como en el interior de tu maravilloso vestido de novia de corte princesa. Y, si queda bien, adelante. Puedes lavarlo a mano o a máquina con un programa delicado y con jabón neutro, sin dejar pasar más de 12 o 24 horas para que las posibles manchas no se fijen en las fibras. Después, déjalo secar al aire libre sin colgarlo. Al contrario, extiéndelo. Para plancharlo consulta con la tienda donde lo compraste o, ante la duda, utiliza un vapor suave.
Y si no te atreves a lavarlo en casa, recurre a una tintorería especializada en vestidos de novia. Además, ahora existen tintorerías ecológicas, que solo utilizan productos eco y naturales que no dañan los tejidos.
Eso sí: déjalo en la tintorería lo antes posible. Lo ideal es que lo lleves antes de iros de luna de miel pero, si no te da tiempo, encarga la tarea a alguien de tu confianza: tu madre, tu hermana, una de tus mejores amigas… Este es un punto muy importante pues, si tarda demasiado en lavarse, las manchas pueden volverse resistentes y ser prácticamente imposibles de eliminar.
¿Cómo lo guardo?
Una vez el vestido ya está limpio, la mejor opción es que lo guardes plegado en una caja de cartón resistente, pues si lo dejas colgado podría deformarse con el paso del tiempo.
¿Cómo hacerlo? Rellena el busto del vestido con papel de seda blanco para que no pierda la forma y, para plegarlo, coloca las mangas sobre la parte superior de la prenda antes de doblarla hacia atrás sobre la falda. Por último, dobla la falda de forma que quede encima del cuerpo del vestido. Recuerda que en la caja debe quedar holgado, no ajustado.
A continuación, envuélvelo en papel de seda blanco, colócalo en la caja y añade una bolita de naftalina, de forma que quede entre los papeles de seda pero nunca en contacto directo con el vestido. Cámbiala cada 3 meses. Ya solo te faltará cubrir todo el conjunto con muselina de algodón para que absorba la humedad, lo que ayudará a conservar la prenda en perfecto estado. Es importante que no te decantes por la misma funda de la tienda ni por una bolsa de nylon o de plástico, pues podrían contener químicos que descompusieran o mancharan tu fabuloso vestido de novia con escote en V.
Guarda la caja en un lugar limpio, seco y oscuro. Y como debajo de la cama o en la buhardilla cogerá polvo, un sitio muy apropiado puede ser el estante superior del armario.
Intenta sacarlo de la caja y airearlo cada año para evitar que las arrugas se vuelvan permanentes. Y puedes llevarlo a la tintorería cada 10 años para prevenir el moho. Para tocarlo usa guantes de algodón blanco para no engrasar la tela y favorecer su conservación.
Otra alternativa es el envasado al vacío. El vestido queda envasado al vacío en una funda especial mediante un extractor, a través del cual también se inyecta un tipo de gas que lo preserva de posibles insectos. De esta manera ocupa muy poco espacio pero, por contra, queda muy arrugado. Este servicio se ofrece en empresas especializadas, aunque también puedes hacerlo en casa comprando el aparato adecuado.
Tras el enlace también será necesario que llevéis el traje de novio a la tintorería para dejarlo a punto para el siguiente uso. Y es que aunque la mayor parte de los elementos que integran una boda resultan efímeros, lo cierto es que hay otros que podréis seguir utilizando después del “sí, quiero”. Unos detalles de boda prácticos, como un USB, un llavero, un abridor o un abanico, os resultarán igualmente de gran ayuda.